domingo, 8 de noviembre de 2009
El choque
Ingresaba por la avenida Piraí, del cuarto al tercer anillo de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra; venía por mano izquierda, porque como los colectivos suelen detenerse cada vez que el pasajero dice "parada", la vía menos frenada es la izquierda. Mientras circulaba por dicha avenida, veía que un taxista costuraba la calle, en su afán de ir más rápido. Los vehículos que venían por el carril izquierdo, le cerraban el paso, porque la cola de autos era larga y porque el fulano, sin señales de cambiar de carril, pretendía que le abrieran paso, con la sola insinuación de la trompa de su taxi.
Al ingresar a la rotonda del tercer anillo externo, al lado del mercado Abasto, de pronto fui cercada por otro taxi que se "metió" a la rotonda desde mi izquierda, dejándome apretada entre el costurero de la calle y él; frené y en ese breve instante de cálculo de los espacios y las maniobras, de los unos y los otros, el taxista costurero de la calle, especuló sobre el cuándo me detendría; lamentablemente para ambos, mi frenada no fue coincidente con su decisión de rebasarme de derecha a izquierda y se agarró un raspón de unos 30 cm o más (no recuerdo)
Las vociferaciones del hombre, más el tumulto de la gente que se enganchaba con el problema, me hizo acuerdo del dicho que dice: "el camba (como cualquier otro colectivo social) reclama, para que no le llamen la atención" y me hizo acuerdo también, de los episodios políticos y sociales, en los que los protagonistas apuestan por que el que más grite, más rápido conquista lo que quiere.
Yo, ilusa, creída que la policía vería la maniobra, la trayectoria de la raspada, el inicio y final de la raspada y resolvería que el taxista era el que me/se había chocado, no acepté el "trato" que me ofrecía el taxista costurero de la calle: "arreglemos nomás".
El taxista costurero de la calle, los agentes de mi seguro, el policía y yo, estábamos ahí en la comisaría a punto de resolver el choque. El agente me pidió que ingresara mi vehículo al estacionamiento de la Policía, mientras observaba cómo en una sola maniobra estacioné mi camioneta, mientras que le pedía lo propio al taxista costurero de la calle, quien teniendo toda la mitad del parqueo hizo como 5 maniobras para estacionar su vehículos de manera decente. Me reí: todavía creía que la razón y la lógica, mandaría en estos temas.
Ya en la oficina, tanto la policía como los agentes de mi seguro, me explicaron que lo más sencillo, menos engorroso y barato, sería que mi seguro reconozca el choque nomás, porque, he aquí mi sorpresa "el taxista no tiene ni SOAT, pobre hombre".
Junto con mi cara, la sorpresa y el primer pensamiento: "estoy en medio de una conspiración masculina"; luego pensé, quizás no expliqué bien el tema, por lo que insistí en la reconstrucción del accidente, al que accedió la policía a través de unos autitos y tableros de simulacro de posibilidades de accidentes de vías de tránsito que tienen.
Entre entradas y salidas de los policías, el taxista y los del seguro, yo perdida en el escenario, los procedimientos, la cultura y el "así se hace", entendí y cedí: "sino va a tener que dejar su vehículo unos 2 a 3 días, después le harán un examen de alcoholemia, otro de conducción y quizás el trámite salga más caro que la multa (léase gastos administrativos de tránsito)". Pagué "la multa", que obviamente resultó ser más cara para mí, porque no era una "pobre taxista", ah! y además tenía el seguro que cubría todo.
Ahí descubría la primera verdad que me había sido velada: el seguro no es para quien lo contrata, sino para quien nos agrede.
He aquí mis otras conclusión de la situación:
1. No importa la mala, prohibida y hasta peligrosa maniobra previa al accidente, a quien le imputan el costo final, es a quien puede pagar el desastre.
2. Las disculpas son siempre para el que peligrosamente conduce un vehículo público y las consecuencias o la factura a pagar, para los que los sufrimos como vecinos de las calles.
3. Las reglas (sean de tránsito o de lo que se les antoje) son eso: un adorno con telarañas en alguna biblioteca "pujusó" (llena de moho en cruceño).
4. La impunidad es para quien no tiene seguro contra accidentes, licencia, habilidad o idoneidad para conducir.
5. Si te hacés el canchero apelando a la lógica, razón, leyes, normas de tránsito, o lo que se les ocurra de regla, terminás de píii...tudo
Cualquier similitud con la realidad, es mera casualidad... ya me deprimí... hasta la próxima.
domingo, 1 de noviembre de 2009
Bolivia de elecciones y en discursos
Enano porque no estaba a la altura de la realidad boliviana (una sociedad sobreviviente y un gobernante rentista, explotador); famélico porque se alimentaba de una dieta hipocalórica en proyecto nacional y participación democrática; y esquizoide porque negaba legitimidad a quien le había legitimado poder, cuando la reciprocidad es constitutiva y evidente.
Lo curioso es que a pesar de la dialéctica propuesta entre la hegemonía en agonía y la nueva hegemonía insurgente, el discurso tampoco se materializó en definición inclusiva de la realidad, sino que permaneció encerrada en los mismo tabúes, rituales y privilegios del discurso y dispositivos hegemónico de poder, del que renegaba.
De esta campaña electoral 2009, veo repetir los rituales de ironía, privilegio, impunidad y desaprensión por lo nacional. Veo el mismo desprecio por lo que consideran "periferia" del poder; veo la misma subestimación de inteligencia y memoria hacia los que les confieren legitimación.
Veo la misma estrategia y dispositivo de poder extorsivo y excluyente, inclusive en el voto que se nos pide para legitimarlos en el poder. Muchos bolivianos asistiremos a la elección nacional (de presidente y parlamentarios), ya sea con el voto consigna, o el ta-te-tí de la última encuesta o cantito que más nos quedó retumbando en la cabeza; porque nuestro sistema democrático, no nos permite otra opción más que la de votar por el menos peor.
Votarán por Reyes Villa, quienes votan contra Morales; votarán por Doria Medina, porque no les alcanza para apoyar al bombón y al cerebro autonomista Fernández; votarán por Joaquino o Loayza, por mantener la convicción socialista, pero es un voto no-Morales también; votarán por Morales-Lineras para que siga la "incomodidad" de los neoliberales que sobrevivieron al desbande y al camuflaje: sino miren al gabinete de Gobierno: sumarán las filas de los asesores despechados del poder.
Del proceso de cambio esperé la subversión de los valores neoliberales, por los sociales: de inclusión de lo que neoliberalmente se había estigmatizado y puesto en el cajón del tabú, como periférico, molesto, incómodo, digno de ocultar, bloquear, desarticular, corromper para debilitar y acallar en los procedimientos que ponen en circulación, los discursos hegemónicos.
Del proceso de cambio esperé, más allá de la nacionalización que nos negaron con verdades a medias, la subversión de los tabúes que nos hacen resentir al otro; los tabúes que no nos dejan madurar como sociedad; los tabúes de los temas tabúes, para que con humor, crítica y proposición, sepamos sobreponernos a los obtusos discursos inmediatistas, hormonales, fanáticos y prejuiciosos que construyen los discursos que se mediatizan.
Del proceso de cambio esperé la subversión de los rituales de circunstancia del discurso, menos hipócrita a la hora de repartir y recibir beneficios y privilegios.
Del proceso de cambio esperé la subversión del privilegio y exclusividad del poder hegemónico, para la socialización y mediatización de los discursos; porque al final, también demostró que lo que le interesaba era hacerse del centro de poder, para definir su periferia; la consigna seguía siendo: información es poder y quien mediatiza primero, define la realidad social.
Se sabía que la resistencia a ceder la hegemonía de poder neoliberal, sería deshonrosa; pero la deshonra no se desarticula con perversión.
Con cada día, con cada hecho, con cada referencia semántica y semiótica de construcción de la realidad, más dibujado y claro me quedaba el traje a medida que se tejieron las ongs, que también obedecen a intereses internacionales. Sin ir muy lejos, la propuesta de kilombo de 36 naciones, donde cada una vivirá en su Babel de autonomías (único experimento desquiciado del planeta), sólo favorece a quien el desorden le es funcional. Sino tendríamos que aceptar que Sudamérica está compuesta por 513 naciones y no por 12 países y 4 dependencias (Guyana francesa, Islas Malvinas, Islas Georgias y Sandwich del Sur) como hasta ahora.
A los procesos de exclusión a los que nos había acostumbrado la hegemonía de poder neoliberal, se le suma ahora la exclusión por descrédito, nominación y suplantación.
Cambiamos asesores estafadores, por asesores estafadores despechados del neoliberalismo: igualados en sus propósitos y deseos, tras los dispositivos de poder y el botín (tesoro). Cambiamos marginalidad y periferia, por rechazo y separación, sin que haya cambiado lo sustancial, apenas una semántica por otra.
Esa lastimosa línea de separación entre hegemonía neoliberal y periferia social que existía, se alimentaba de discursos y se mediatizaba idiotamente bajo un libreto de realidad; en la actualidad, la línea no se ha borrado, actúa de otra manera, en otras líneas y en otras instituciones, pero con efectos iguales. Se mediatizan por medio de proposiciones. Proposiciones dichas y mediatizadas por aquí, proposiciones dichas y mediatizadas por allá, imperceptiblemente solapando un sistema coactivo de exclusión de quien construye una realidad que nos quiere imponer, porque supone el ejercicio sin sobresaltos del poder.
lunes, 31 de agosto de 2009
Sinfonía feudalizada
Muchos príncipes y ninguno con peso específico. Muchos príncipes y ninguno con valor significativamente venal (sobornable), para fundamentar fidelidad entre ellos. Tampoco podía esperarse que lograran consolidar un sistema de adjudicación de favores (con una red de privilegios medianamente organizada) porque los valores de los candidatos no daban sumatoria alguna.
Por último, el insulto pasó por la suposición de que el pueblo boliviano (indígenas y mestizos) , descontentos con el status quo (Quintana, Lineras, Rada, San Miguel, Arce Catacora, etc.) optarían ("por sé", como si fuera condición de “oposición”), por cualquier aparato que le pongan al frente.
Ni siquiera mostraron respeto por quienes esperában un candidato de “oposición” a Evo Morales. Como buenos señores medievales, cada uno especuló (y aún especula) sobre su posición en la Bolivia feudal en la que vivimos; lo cual trae a colación la hipótesis (que seguirá siendo temario de discursos mediatizados) sobre la ingobernabilidad del administrador del Estado (o lo que quede de él, después del desmembramiento en 36 naciones)
Los únicos que permancerán felices: incólume, insondable e infinítamente felices, serán los violentos que florecen en el bajo feudalismo y que nuevamente nos impondran la esquizofrenia de vivir bajo una red de privilegios, con su sistema de adjudicación de favores feudales, legitimado desde la democracia del voto universal.
El nuevo Estado boliviano, seguirá consolidándose bajo la complicidad de quienes dicen representar a las minorías y los marginados (los neo-neo-liberales con su rostro indígena de márketing internacional), en beneficio de esa red de privilegios y sistema de adjudicación de favores.
El nuevo Estado boliviano, irá consolidando su papel represor, su ser garante de la dominación del capital y al mismo tiempo (he aquí otra de las esquizofrenias de este sistema feudal imponente) su imagen de organizador del consenso de la sociedad civil que optó por él (sistema de gobierno y Estado)
Bajo esta perspectiva, la opción Beethoven sería la más saludable; digo, para evitar el concierto desorejado.
viernes, 28 de agosto de 2009
La versión en reversa
Recuerdo haber advertido también, a colegas y amigos, que si las reivindicaciones del oriente (la federalización del Estado boliviano) no subían a la superficie, quería decir que otro objetivo la definía y que terminaría mal (para todos), porque se instalaría la intolerancia en todas sus expresiones.
Observando esta semana las campañas políticas, con miras a las elecciones de diciembre, (que de política no tiene nada porque es un circo gigante sin carpa: donde se ve todo el desorden, la improvisación y las negociaciones del orden de la función), me llama la atención la misma actitud “intolerante” y “separatista” (como la llamarían los socios–ministros–arrependitos–del–neoliberalismo del Gobierno nacional) a “cierta” dirigencia alteña y paceña, que impide la campaña a partidos políticos que no simpatizan con el MAS.
¿En qué momento rompimos el espejo, ¿quién lo rompió?, ¿a quién beneficia el que tengamos el espejo roto?
“Siento” que Bolivia es sólo occidente, no oriente, aunque sean iguales y se conduzcan de la misma manera.
“Siento” que la descalificación del adversario, no es suficiente para justificar la misma actitud en nuestros actuales gobernantes.
“Siento” que me resisto a esta versión en reversa, de la malicia y perversidad con la que llegamos (a la cúspide) con Sánchez de Lozada.
Bolu-frases 2
Lobectomía total...
miércoles, 26 de agosto de 2009
Geografía, agricultura y colonización
Veamos algunos números que circulan por Internet.
China produce más de 15 millones de toneladas de soya, sobre una superficie apta para la agricultura del 9% de su territorio y dice estar dispuesta a importar 42 millones toneladas de esta oleaginosa.
Hasta hace 16 años atrás, el país asiático se auto-abastecía, pero con el cambio de hábito alimenticio, influenciado por el modo occidental de comer carnes, la demanda de torta de soya aumentó.
Como consecuencia de ello, se conformaron grandes grupos de exportadores sudamericanos, dispuestos a satisfacer tamaña voracidad. Compuestos por Argentina, Brasil y Uruguay (ésta última, sucursal de las empresas soyeras argentinas) pasamos a sufrir la chinodependitis, la soyadependitis, la transgenodependitis y el glifosatotitis.
China importa de los países sudamericanos (en la actualidad), más de 38 millones de toneladas (más del 40% de la demanda mundial)
Argentina destina más de 14 millones de hectáreas a la siembra de soya (2/3 partes de sus exportaciones) a China, lo que supone más de $us 6 mil millones de ingresos, sobre los que participa el gobierno argentino (por retenciones), en unos $us 1.300 millones.
Brasil destina más de 20 millones de hectáreas y no le importa recorrer hasta 1.000 kilómetros en caravanas de camiones, desde los centros de producción a los puertos.
Sumado a ello, está la creciente demanda de combustibles en base a soya y caña (biodiésel en Argentina y bioetanol en Brasil), de la que nosotros, como buenos hermano-menor que somos, nos hemos puesto también a la tarea de remedarlos de manera grosera y patética.
Este es el escenario donde se cocina la soya; ahora, démosle una mirada a la olla y a sus ingredientes.
Si China aplica como en el 2004, medidas fitosanitarias a sus importaciones de soya (muy al estilo occidental de las medidas proteccionistas para hacer bajar precios a su conveniencia, antes que a una cuestión de conciencia ética y de salubridad pública), las compañías navieras que transportan la soya, especulan (“costo de oportunidad”) y el precio para el agricultor oscila, como el índice inflacionario para la economía productora de soya.
Si Europa decide reducir el subsidio a los agricultores y productores de leche (como amenaza cada vez que se le sube el precio de la soya), la demanda de la oleaginosa para las vacas (que se alimentan de la torta sudamericana), disminuiría y los precios caerían en detrimento del productor, afectando el índice inflacionario del país productor de soya.
Cualquiera que sea la ecuación, el término encerrado en el paréntesis con el signo menos por delante, pierde.
En esta olla, intervienen también otros ingredientes especuladores, que se sumaron a la globalización de la locura acumulativa de capital: están los fondos de inversión (pensiones); la “firmeza” del dólar (que vale lo que dice porque él lo dice y sin importar si tiene oro de reserva, o no); la subida del petróleo (combustible que compite con los biocombustibles) y las condiciones climáticas que favorecen la campaña agrícola en EEUU (el stock como variable de regulación de los precios de los commodities internacionales)
En cualquiera de estas ecuaciones, la práctica agrícola boliviana, posterior al ingreso a la locura de las bolsas internacionales de granos, terminó con la horticultura, el trigo, el maíz y la leche no globalizados; además, se suma la política gubernamental actual (porque le tocó) que fomenta la expansión de la frontera agrícola, en detrimento de los bosques naturales, con una promesa “inferida” de que la soya podría mejorar los ingresos de su público-objetivo.
Nuestras actuales autoridades nacionales, han ingresado al terreno de la práctica especulativa del discurso, desde la pretensión de dar, una especie de “solución económico – demagógica” a los nuevos relocalizados compuestos por mineros y pauperizados campesinos, con la promesa implícita (por inferencia), que cabalga sobre un discurso detractor de la oligarquía soyera-cruceña, afirmando que la soya, podría mejorar sus ingresos y acercarlos al paraíso terrenal.
No es de extrañar entonces, la difusión de notas periodísticas, en las que se informa (sin remordimiento, ni conciencia), que la razón de Estado, ahora, considera sacrificables 200 mil hectáreas (has) de bosque certificado, a favor del tipo de colonización planteado por el actual gobierno en el oriente boliviano.
Lo que me temo es que, nos atoremos con la abundancia de grano de soya, que nos quede seca la garganta por falta de agua y que suframos de constipación, porque no disponemos de infraestructura, ni para almacenar, ni para movilizar la producción.
Bolu-frases de la semana
Frase 1: “En la ciudad de El Alto no se va (a) permitir ninguna proclamación ni apertura de casas de campaña de diferentes partidos neoliberales” (Secretario ejecutivo de la COR alteña, Édgar Patana, en el marco del denominado “Pacto de unidad estratégica por el proceso de cambio y el desarrollo de El Alto”, suscrito por Fejuve El Alto y COR El Alto, que se suma a lo dicho por campesinos de las provincias Aroma y Omasuyos”
El estilo rimbombante y hueco de los nombres que le ponen a los procesos sociales, junto a la intolerancia de la extrema derecha oriental, parecen sumar adeptos al otro lado de la línea, por el lado de la izquierda más pobre, en El Alto.
Frase 1a: “El gobierno garantizará los actos proselitistas en El Alto” Ministro de Gobierno, Alfredo Rada.
Los señores feudales brotan como hongos en las campañas electorales y los funcionarios públicos, exponen su ignorancia sobre lo político y la administración de la cosa pública.
Frase 2: “Al primer semestre de este año, la economía boliviana creció 3,11%; esta tasa de crecimiento se dio en un contexto internacional en el que se registra un deterioro en las economías de Estados Unidos, Europa y América Latina” (Ministro de Economía y Finanzas Públicas, Luís Arce)
En cambio, para el Instituto Nacional de Estadística (INE), el crecimiento a marzo del presente año del Producto Interno Bruto (PIB), es del 2,11%. Cabe recordar que el PIB, es el valor total de la producción de un país durante un periodo de tiempo; es la capacidad de flujo de inversión y producción de un país, que no contabiliza ni el trabajo informal, ni el narcotráfico.
Frase 3: “Las tratativas con dos ONG están bastante avanzadas y a partir del próximo mes esperamos que ya estén operando” (Pamela Salces, gerente de segundo piso del Banco de Desarrollo Productivo – BDP)
Los recursos del Fideicomiso de Desarrollo Productivo (FDP) dispuestos por el Gobierno nacional, suman $us 50 millones y será destinados, según la funcionaria, a 15.237 posibles beneficiarios entre pequeños y microproductores.
¿Será alguna nueva política de Estado, que permitirá a cualquier agrupación, participar de la dinámica bancaria?, ¿quién se encargará de la fiscalización de esta actividad?, ¿crearán un nuevo tipo de Super?
Frase 4: “Si de aquí en tres años lanzamos nuestro satélite con apoyo de ustedes vamos a conseguir que ese satélite se llame Tupac Katari, será histórico por supuesto en homenaje a la lucha de nuestros antepasados” (Evo Morales Ayma, Presidente Constitucional de Bolivia)
Cómo se parece al discurso de campaña de Carlos Saúl Menen, en la Argentina de principios del siglo 21: http://www.youtube.com/watch?v=r-cmAEqsyJc
Frase 4a: “Quisiera que en cada casa del campo tengamos internet, computadoras, para eso obligado a pensar que Bolivia tenga su propio satélite. Desde ayer hemos redactado una carta dirigida a la Unión Internacional de Telecomunicación para que nos dote un espacio, una órbita propia en el espacio para que Bolivia tenga su propio satélite” (Evo Morales Ayma, Presidente Constitucional de Bolivia)
Internet, sólo internet… no importan: la comida, la vivienda salubre y con servicios básicos, tampoco la existencia de caminos para vender productos, ni mercados con precios que no obliguen a los campesinos y a productores a vivir con lo justo… no, Internet; porque la brecha tecnológica “nos obliga” a pensar en un satélite! de $us. 300 millones.