lunes, 31 de agosto de 2009

Sinfonía feudalizada

La escala “do, re, mi” no llegó mas que hasta el “fa” (Frente Amplio) y de ahí, todos hicieron fá, la, la, la, la; la, lá, la, lá, la.

Muchos príncipes y ninguno con peso específico. Muchos príncipes y ninguno con valor significativamente venal (sobornable), para fundamentar fidelidad entre ellos. Tampoco podía esperarse que lograran consolidar un sistema de adjudicación de favores (con una red de privilegios medianamente organizada) porque los valores de los candidatos no daban sumatoria alguna.

Por último, el insulto pasó por la suposición de que el pueblo boliviano (indígenas y mestizos) , descontentos con el status quo (Quintana, Lineras, Rada, San Miguel, Arce Catacora, etc.) optarían ("por sé", como si fuera condición de “oposición”), por cualquier aparato que le pongan al frente.

Ni siquiera mostraron respeto por quienes esperában un candidato de “oposición” a Evo Morales. Como buenos señores medievales, cada uno especuló (y aún especula) sobre su posición en la Bolivia feudal en la que vivimos; lo cual trae a colación la hipótesis (que seguirá siendo temario de discursos mediatizados) sobre la ingobernabilidad del administrador del Estado (o lo que quede de él, después del desmembramiento en 36 naciones)

Los únicos que permancerán felices: incólume, insondable e infinítamente felices, serán los violentos que florecen en el bajo feudalismo y que nuevamente nos impondran la esquizofrenia de vivir bajo una red de privilegios, con su sistema de adjudicación de favores feudales, legitimado desde la democracia del voto universal.

El nuevo Estado boliviano, seguirá consolidándose bajo la complicidad de quienes dicen representar a las minorías y los marginados (los neo-neo-liberales con su rostro indígena de márketing internacional), en beneficio de esa red de privilegios y sistema de adjudicación de favores.

El nuevo Estado boliviano, irá consolidando su papel represor, su ser garante de la dominación del capital y al mismo tiempo (he aquí otra de las esquizofrenias de este sistema feudal imponente) su imagen de organizador del consenso de la sociedad civil que optó por él (sistema de gobierno y Estado)

Bajo esta perspectiva, la opción Beethoven sería la más saludable; digo, para evitar el concierto desorejado.

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