Más allá de la absurda polémica sobre el “acarreo con fines electoralistas” de los campesinos a Pando, como han etiquetado tanto la oposición al Gobierno de Evo Morales, como los medios de comunicación social (proclives a las globalizaciones), los números suministrados por el INRA (Instituto Nacional de Reforma Agraria), no cierran y me asalta una duda, casi existencial.
Los números que no cierran son estos: según Juan Carlos Rojas, Director nacional del INRA, informó a la prensa que en el departamento Pando, se determinó distribuir de a 75 hectáreas (has.) por familia, hoy dijo que a las 350 familias del Chapare, asentadas en el municipio de Santa Rosa de Abuná, se les dotará de 44.000 has; esto implica (350 familias por 75 has.) 26.250 has.
Según estos números, existirían unas 17.750 has de diferencia, o si se quiere un adicional (a las 75 has. dotadas a cada familia) de 50,7 has. para cada una.
Más adelante, la autoridad nacional agraria, aseguró que a otro grupo de 150 familias, se les dotará de 14.000 has. en el municipio de Nueva Esperanza; lo que hace (150 x 75 has. por familia) un total de 11.250, de modo que hay unas 2.750 has. que no se sabe a qué término matemático se le suman.
En esta observación de números, no hablo sobre el “acarreo de personas”, (términos que denigran a quienes lo pronuncian y a los nominados), tampoco de que sean “collas o cambas” (apelaciones sentimentaloides cuyo único propósito es conseguir adhesión al discurso), hablo de los números que simplemente no cierran: o al periodista se les escapó algún grupo humano, o la autoridad nacional no sumó todos los términos, o no repartió equitativamente, u otra cosa que no tenemos ni idea qué podrá ser.
Finalmente, mi duda existencial entre tanto discurso absurdo: la gente que migró, en el siglo 19 y el 20, a los departamentos Beni y Pando, ¿no sentaron soberanía?, o ¿qué sentaron? Ese grupo de pioneros, ¿recibió algún tipo de apoyo, o incentivo económico/ social, por parte del Gobierno nacional de turno para continuar con el "asentamiento de soberanía nacional" hasta hoy?, ¿existió alguna vez, alguna política de “asentamiento de soberanía” con algún criterio sobre recursos naturales y/o sobre frontera agrícola?
Es una inmadurez y termina siendo una auto-limitación (mental y política), el decir que aquello no fue sentar soberanía y esto sí; porque terminamos por negar lo que pretendemos construir mediante el discurso.
Como corolaria a esta duda existencial, una otra pregunta: ¿cuál es el objetivo de este repentino “sentar soberanía” (propio de los entusiasmos compulsivos que promueven subdesarrollo acelerado)?, ¿acaso es ése el objetivo: promover subdesarrollo acelerado?, ¿trasladar subdesarrollo a las fronteras?, ¿para qué?, ¿por qué?.
Son preguntas que me quedan en el aire... Acepto sugerencias.
miércoles, 12 de agosto de 2009
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