martes, 3 de febrero de 2009

Resumiendo titulares

(para que no se quejen: a todos por igual)

Este es un recuento de los últimos días: 33 camiones en una calesita que se perpetúa; estafa y asesinato por corrupción en Yacimientos; más de 8.000 enfermos con dengue; 40 municipios en 7 departamentos afectados por lluvias; 4.205 familias en seis regiones afectadas por granizada; gasto público boliviano, el menos transparente; Repac gasta Bs. 29 millones en el proceso Constituyente (Asamblea y socialización); representación de las naciones indígenas y pacto confederado como resultado porcentual del Sí y del No; Comité de defensa de la tierra; pre-campaña presidencial.

Si padecemos de alguna enfermedad mal diagnosticada, habrá que revisar la metodología de diagnóstico, la política de salud pública, el sistema de prevención y las campaña de concienciación. Este padecimiento se ha prolongado tanto, que ya debemos tener células cancerógenas en pleno proceso de metamorfosis monstruosa.

“Si usted siente la tentación de coimear, ante la presencia de la autoridad, puede estar infectado, hágase análisis de sangre y horina”; “Señor, si se siente utilizado ‘para hacer bolleo’, para legitimar Sís o un Noes, y después lo negocian en el Parlamento o en Palacio Quemado, usted tiene su familia infectada, inicie tratamiento inmediatamente”; “Si usted observa que detrás de la cortina política (gobierno – movimientos sociales – prefectos – cívicos), hay un ajetreo feroz de algarabía y puja, es un síntoma de la enfermedad, vacúnese”.

En una anterior entrada del blog, dije amargamente que la Refundación de Bolivia, nos fue negada y eliminada de la posibilidad histórica para los próximas décadas, porque aquí operó un triángulo amoroso: por un lado un rasputín podemista, capaz de trasladar el escenario del debate nacional (Refundación de Bolivia), a su campo de poder (en la acepción de Bourdieu); un rasputín en el gobierno (encargado de “revisar, corregir y aumentar los artículos de la negociación, sobre la NCPE”) y una cofradía (un cortejo) de prefectos y cívicos.

En la mesa de pocker, la Refundación de Bolivia. Las cartas llegan al triángulo de jugadores y la especulación por la trica, anima y calienta la mesa. Para las apariencias “la encontrada: hecha la ley, hecha la trampa” y el hada madrina de las campañas de comunicación o socialización. Si pierden manos, es porque la cofradía es mala blefeando y tacaña apostando. Los que compramos “La Refundación de Bolivia”, terminamos de fichas del apueste y volvimos a perder... “pero no se preocupe, para todos los males está el Carnaval”.

En los países en los que parir un nuevo país, no es tarea de cada nuevo gobernante, la salud pública, como el real social, ocupa el lugar de indicador de gestión. Así es como andamos, abofeteados por un mosquingo (mosquito) al que los de la mesa del pocker le dejaron la puerta abierta.

En los países en los que el sentido de colectivo social, trascendió los límites provinciales y regionales, las estadísticas son indicadores de planificación, organización, profilaxis y participación.

Que acabe el Carnaval, me atrevo a sospechar que sacarán el tema del Censo del 2001, para argumentar sobre la representación de las 36 naciones y otra vez -en apariencia- el conflicto, pero el pocker es más real.

“Todo diagnóstico del síndrome ‘a la boliviana’ (cuadro clínico compuesto por un grupo de síntomas y signos), a fin de minimizar errores de diagnóstico, debe ser precedido de testeo dirigencial”

La ignorancia, la consigna, el chantaje y la extorsión, son funcionales a la mesa de pocker, porque no perturban el juego, tampoco desequilibran las cartas ni las fichas de apostar; son ruidos que se agregan para desestabilizar los nervios del adversario.

Al igual que en la salud pública, la mejor cura, es la prevención; la mejor profilaxis es la destrucción de los focos de infección.

Si tenemos parientes adictos al pocker, tendremos que ponerlos en cuarentena, ser fuertes cuando los síndromes de abstinencia nos extorsione y nos chantajee, después de todo está en juego nuestra salud física y mental y la de nuestro futuro.

1 comentario:

  1. Yo creo que quisimos aprender a jugar un nuevo juego y resultó que era TIRURIRU... y cuando creímos que sabíamos jugar al disque "tiruriru", nos salieron que había un TIRURIRU REAL.
    ¡La idea no era jugar con el otro sino fumar al otro!

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